Capitulo 4: El Brazalete

Siwon

Lo había encontrado…. Había encontrado el pequeño fallo que siempre hay en todo lugar… si lograba quitar ese pequeño pedazo de cemento que mantenía unida la rejilla de la ventana con la pared estaría afuera… tenia horas haciéndolo porque no quería hacer ruido, había empezado desde que subiera  a “mi” habitación solo me faltaba una… solo una más y adiós a esta pesadilla.

Hubo un momento en el que me quede quieto, había escuchado voces en el pasillo se escuchaban algo fuertes pero no quise arriesgarme a que alguien estropeara mi plan así que me quede quieto hasta escuchar cómo se iban acallando poco a poco, segundos después cuando iba a empezar otra vez, escuche una puerta abrirse y cerrarse enseguida…después risas y pasos es que acaso nadie estaba durmiendo

Continúe con lo que estaba haciendo hasta que tuve la sensación de que alguien me estaba observando, no era la primera vez que lo sentía  desde chico había ocasiones en las que constantemente volteaba buscando a todas partes algún indicio de que me estuvieran siguiendo, pero nunca había encontrado nada solo que ahora era diferente hoy también estaba presente el sentimiento de peligro, voltee a la puerta como esperando que alguien entrara…  por alguna extraña razón sabía que pasaría.

Y entonces tras golpear fuertemente la puerta  y abrirla ahí estaban, los dos hombres ahora estaban en mi habitación y me veían de forma amenazante.

Y ahí estaba yo, parado en la cama con una navaja que había traído de casa (no pregunten el por qué) en las manos, con la vista fija en esos dos hombres y con el peor nudo que nunca había sentido en la garganta.

-hola?- salió de mi boca, la verdad no sé por qué razón, tal vez tanteando la situación

En vez de recibir respuesta de su parte se abalanzaron contra mí,  en cualquier otra situación o más bien con cualquier otra gente yo habría pensado en enfrentarlos,  no era del tipo de persona que le gustara correr o huir, pero ellos eran por mucho… más altos y más fuertes que yo, así que mi primera reacción fue tratar de protegerme con las manos así que sin pensarlo las eche al frente justo por dónde venían ellos y grite… entonces lo sentí… no sé cómo ni siquiera sé que hice o  porque paso, pero en segundos algo había salido disparado de mis manos directo hacia donde estaban ellos, al levantar la vista los pude ver  tirados en el suelo pataleando como si lucharan contra algo invisible mientras me veían con… me veían con miedo.

-que paso?- se escuchó desde la puerta, la primera que había llegado después de escuchar el ruido había sido Zoe, había entrado un poco en la habitación y veía con asombro lo mismo que yo… solo que yo había notado algo mas y mi corazón empezó a latir mucho más rápido quizás “emoción” al ver como cuando Zoe había entrado ellos habían sentido más miedo…¿Por qué sentían miedo de nosotros?

Tras ella fueron llegando los que faltaban, no sé quién con exactitud ya que  cuando estaba a punto de hablar con ellos, una vos se escuchó alado de donde estaba yo, asustándome ocasionando que perdiera el equilibrio  y callera de la cama golpeándome la cabeza contra la mesa de noche,  pude sentir que algo escurría por un lado, pero no tuve tiempo de verificarlo ya que al instante fui levantado en el aire sin explicación alguna.

-Qué crees que estás haciendo Siwon -grito- como es que te atreves a usar tus poderes sin mi consentimiento? -Pregunto  la prefecta con un tono molesto mientras me veía con coraje.

Poderes pensé yo?? De que malditos poderes me estaba hablando…

Un costado de la cabeza me palpitaba y podría jurar que me estaba saliendo sangre y ella quien sabe cómo me tenía en el aire regañándome, desvié la mirada hacia la puerta de mi habitación, todos estaban ahí, pude ver a los otros 9  con cara confundida ellos estaban igual que yo… no entendían  ni una palabra, no tenían la menor  idea de lo que estaba ocurriendo.

-bájalo ahora mismo- un hombre hablo desde atrás, nadie lo había visto llegar era el “director”.

-pero señor director él estaba usando sus poderes- se explicó la prefecta aunque trataba de explicarse su tono no cambiaba en nada.

-cierre la boca y bájelo ahora mismo- ordeno pasando entre los que estaban ahí.

Tan rápido como lo dijo aquella mujer me “soltó” y caí al suelo golpeándome la cadera… no sabía que me dolía más si el golpe que acababa de recibir o el de la cabeza, intente pararme pero me fue imposible por el dolor que sentía.

-creo que les explique claramente lo que pasaría si alguno no obedecía las reglas… como quieren que se las explique?- pregunto el Director de forma cortante viéndome directamente a mí- que castigo crees que te mereces por tu desobediencia e Siwon.

-que  más castigo quiere si ya recibió dos golpes fuertes-  contesto Kyuhyun desde la puerta me alegraba en cierta forma que alguien “me defendiera”.

Pero me arrepentí en ese momento y estoy seguro que el también ya que  el director levanto la mano y sin decir nada hizo que Kyuhyun callera al suelo,  pero lo que nos asustó más fue lo que vino después cuando trato de quejarse y de su garganta no salió sonido alguno.

-no tengo por qué estar soportando estas estupideces es la primera y última vez que me  faltan al respeto, nadie me dirige la palabra sin antes yo haberlo indicado- entendiste?- pregunto volteando hacia donde estaba Kyuhyun todavía tratando de que su voz saliera entre lágrimas y tu- dijo apuntando hacia mí- que sea la última vez que tratas de escapar o que lanzas algún hechizo a mis hombres, claro que para eso tenemos la solución verdad prefecta.

-claro que sí señor director yo me encargare desde ahora-  contesto la prefecta viendo como el  director salía de mi habitación.

Ustedes- dijo apuntando hacia mis compañeros- tienen  1 minuto para regresar a sus habitaciones  y tienen prohibido salir de ella hasta que amanezca… AHORA-grito.

Todos empezaron a retirarse, algunos voltearon a verme poco antes de irse yo sencillamente no quería saber que era lo que estaban pensando o si estaban tan asustados como yo.

Donghae y Heechul tuvieron que ayudar  a Kyuhyun a ponerse de pie,  al parecer el shock de no tener voz  no lo estaba dejando reaccionar.

Ustedes dos pónganle el brazalete y salgan de aquí- ordeno la prefecta

Un brazalete? Como podrían controlarme con un brazalete y por qué ocupaba la prefecta que entre los dos me lo pusieran?,  ellos vinieron hacia donde yo estaba tirado, uno de ellos se colocó tras de mí y me levanto sin ningún cuidado por la parte de mis bazos, lo hizo tan rápido que la cabeza empezó a darme vueltas  y la vista se puso borrosa, creo que el golpe me había afectado más de lo que pensaba.

Cuando pude volver  a ver y a sentir más claramente, note que el tipo que me había levantado me tenía abrazado de tal forma que yo no podía mover el  brazo izquierdo y lo que es el tronco de mi cuerpo, mientras que mi mano derecha era  sostenida por el otro, cuando vi el brazalete lo entendí, no pensaba dejar que me pusieran eso.

Parecía de plata y era redonda como cualquier brazalete pero por la parte que debería quedar pegada a la piel, salía una punta y estaba seguro que si me la ponían atravesaría mi piel.

Empecé a forcejear lo más que pude, pero no pasaba nada, ninguno de los dos parecía inmutarse por  mis movimientos, me tenían tan fuertemente agarrado que  yo no podía hacer nada para impedirlo, y eso lo entendí  1 segundo antes de que el brazalete se cerrara alrededor de mi puño, el dolor fue tan fuerte y agudo como pensé y grite… no pudo evitarlo grite más fuerte de lo que nunca lo había hecho, pero paso más rápido de lo que creía.

De pronto me descubrí tirado en el suelo,  los hombres habían dejado de detenerme y por el dolor había acabado nuevamente en él, pensé que había acabado, quería que se fueran ya de ahí, me sentía humillado  habían golpeado mi orgullo y me habían dejado en nada.

-si mañana no te sientes bien, ni creas que será excusa para que no te presentes a clases … a y pasa linda noche- se burló la prefecta saliendo de mi habitación junto con sus dos hombres, dejándome  tirado donde estaba.

Cuando salieron  intente pararme enserio que sí, pero las piernas no me reaccionaban sentía mi cuerpo muy pesado  y la muñeca de mi mano derecha empezaba  a quemar… era una quemazón constante que empezaba a recorrer todo mi  brazo, quería luchar contra ese ardor, quitarme el brazalete a como diera lugar, pero no pude moverme nada no un centímetro… me quede ahí tirado, llorando y sintiendo como mi cuerpo entero ardía.